Hoy he encontrado una descripción que me viene como anillo al dedo, o más bien, quisiera que me viniese como tal: “Era, desde luego, el dormitorio de una mujer, pero de una mujer que se hubiera dedicado alegremente a vivir su propia vida, pensando que eso de los romances era algo que les sucedía
a otras personas.” De Terry Pratchett, en “¡Guardias! ¿Guardias?”
Otro texto más: “Deseaba gustarle más a las personas, pero de algún modo nunca podía llevarse con ellas. Nunca sabía qué decir. Si la vida fuera una fiesta, ni siquiera estaría en la cocina. Envidiaba a las personas que lograban llegar hasta la cocina.”. De Terry Pratchett, en “Ladrón de Tiempo”.
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